Fui testigo de tu poder al ver como te lanzabas al vacío. Deseosa, desapareciste sin más. Tantas veces creí anhelar tu camino, ciego ante la verdad: no vive el que quiere morir. Nadie que quiera flotar se agarra hasta sangrar al asfalto. Y si no quieres morir qué haces sin vivir.
"Es muy dulce ver llegar la muerte mecido por las plegarias de un hijo".
Friedrich Schiller
"La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida".
André Malraux
"Esta vida es un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama. Éste quisiera sufrir frente a la estufa, y aquél piensa que cerca de la ventana curaría".
Charles-Pierre Baudelaire

Y allí descanso, atrapado
como una sombra
de alegre sonrisa.

Pero me rendí
a su sutil y embriagadora
complejidad.

Nuevos confines que someter
tierras vírgenes
erizan mi piel.

Y absorbí todo tu ser
hasta saciarme
Para buscar nuevos parajes.

Pues delicadas redes
van descamando
tu sedosa piel.

Y allí descansas, plácida
sin saber
que ya te estoy consumiendo.

Te maldije,
el día en el que sin yo querer
te colaste en mi ser.

Sin ser visto
sin mostrarte nada
me anudo a tus entrañas.

Desnudo
y ante tus ojos
sigues siendo ciega.

Y bajo
mi límpida superficie
el obscuro interior.